Las
canciones de la guerra civil Española fueron parte fundamental de la
propaganda de la época, escritas con profusas referencias para llegar de
manera fácil y clara a la comunidad. Mientras algunas fueron creadas
para la guerra, también se adaptaron:
- Nuevas letras.
- Poemas.
- Texto a melodías tradicionales.
Difundidas
rápida y eficientemente por la transmisión oral, de una gran parte de
ellas se desconoce su autoría aunque en su órigen fueran escritas por
poetas y compositores reconocidos.
Durante
el conflicto, fueron cantadas por los simpatizantes y combatientes de
ambos bandos, conocidos como republicanos partidarios del Frente Popular
y la II República Española, y los nacionales Ejercito sublevados
comandados por el general Francisco franco.
Francisco Franco |
Muchas
de ellas aún se interpretan y permanecen en la memoria colectiva de los
españoles, y su alcance internacional también es notable.
Estas
canciones servían para levantar la moral en las trincheras y las
barricadas urbanas, para difundir mensajes ideológicos, dar motivos y
razones para la lucha, potenciar el sacrificio. Fueron entonadas por los
integrantes de las Brigadas internacionales y de las distintas
tendencias ideológicas:
- Anarquistas
- Socialistas
- Comunistas
- Liberales
- Republicanos
- Falangistas
- Nacionalistas
- Católicos
- Carlistas entre los sublevados.
Para
identificarse mutuamente según la colectividad de origen o la afinidad
política externamente entre bandos e internamente entre dacciones del
mismo.
Fueron
una de las variadas herramientas utilizadas con el mismo objetivo,
aunque sin duda una de las tres más destacadas junto a la carteleria y el
cine.
En esta relación permanente entre la música y la sociedad, las guerras ocupan un lugar de honor. Casi todas las guerras y revoluciones se hacen al son de cánticos y música.
En una época en la que la propaganda estaba en todas partes, en la que cualquier medio de expresión era útil para infundir en los combatientes y en la retaguardia una moral de victoria que ayudara a ganar la guerra, la música también cumplió su papel.
Medios de expresión:
- Prensa
- Radio
- Cine
- Carteles
- Teatro
- Poesía
La descompensación entre la efectividad y la calidad de la música en ambas zonas fue evidente y se puede apreciar con el paso del tiempo. En la zona sublevada imperaron las canciones de carácter militar, y sólo algunos como los Falangistas crearon sus propias composiciones en las que se hacían algunas referencias al trancurso de la guerra.
La falange española fue un partido político español de ideología falangista, fundado el 29 de octubre de 1933.
José Antonio Primo de Rivera |
Los himnos
En los cancioneros nacionales y republicanos se pueden encontrar diversas tipologías de himnos, identificadores de los diferentes colectivos presentes en cada bando. Algunos de estos himnos, anteriores a la contienda, cobraron valor durante la Guerra Civil, otros fueron compuestos durante el conflicto bélico en busca de establecer una composición sonora representativa que hiciese las veces de aglutinante en unos bandos heterogéneos.
Los himnos suelen tener un carácter simbólico, en un tono habitualmente elevado, con el que ensalzan los valores del grupo al que representan.
El impulso institucional
Dentro de la enorme labor educativa que la república desarolló durante su corta existencia, la música estuvo presente desde el principio. el 21 de julio de 1931 se creó la Junta Nacional de Música y Teatro líricos, en la que estaban representados algunos de los compositores más prestigiosos de la época
- Manuel de Falla
- Joaquín Turina
- Conrado del campo
- Salvador Bacarisse
- Ernesto Halfter
Un decreto publicado el 15 de septiembre pretendía ya poner en marcha toda una serie de actuaciones necesarias para reordenar la vida musical española en todos sus apartados, desde la incentivación de la creación hasta la enseñanza musical, pasando por la investigación musicológica, junto con la creación de orquestas y teatros, así como la base de un entramado para la difusión. Las misiones pedagógicas, en su tarea de difusión de la cultura en las zonas rurales del país, contaron entre otro materiales con discos con música clásica y con grabaciones del cancionero tradicional español realizadas por el coro de las misiones dirigido por Eduardo Martínez Tomer, quien también era el encargado de recopilar las canciones tradicionales. En cada pueblo al que acudían las Misiones se dejaba una pequeña biblioteca, y en ocasiones, un gramófono con un pequeño lote de estos discos.
Gramófono. |
La accidentada vida de la república no permitió que estos esfuerzos cristalizaran en realizaciones prácticas consolidadas, y el estallido de la Guerra Civil acabó en buena parte con estos propósitos de revitalización de la música culta y de su difusión al pueblo, que fueron sustituidos o al menos desplazados por la necesidad de una música con finalidad propagandística al servicio de la causa republicana.
Conclusiones
Como en cualquier otra guerra civil, cuando el proceso institucionalizador de un régimen se dirime de forma violenta, en España entre 1936 y 1939 la música de ambos bandos afloró por igual a la superficie, actuando como elemento de refuerzo de los sistemas imperantes en los dos territorios en que había quedado dividido el país. Pero uno de los bandos se impuso, y su música también. Desde 1939, comenzando por el chotis ya hemos pasao de Celia Gaméz.
Recién acabada la guerra, la música sirvió para transmitir a los españoles la visión que el franquismo tenía del país. Una visión que, en lo esencial, acabó siendo la de la sociedad tradicional, militarista, clerical y nostálgica de antiguas glorias imperiales, que había prevalecido hasta 1931 salvo raros intervalos de tiempo. Y esta función de refuerzo del sistema permanecería en exclusiva hasta que, a partir de los años sesenta, los cantautores iniciaran una nueva corriente de oposición.
Mientras tanto, la música del bando republicano compuesta y cantada durante la Guerra Civil, obligada a sumergirse tras la derrota, parecía destinada a perderse para la historia como había ocurrido con tantas canciones que habían sido la banda sonora de rebeliones y revoluciones anteriores. Sorprendentemente no ocurrió así. Muchas coplas y muchas variantes de canciones populares desaparecieron, pero las grabaciones y las recopilaciones impresas que comenzaron a editarse ya en plena contienda contribuyeron a crear el concepto de cancionero de la Guerra Civil. Y este cancionero, de raíz mayoritariamente tradicional, dio pronto la vuelta al mundo y perduró con los años, tanto en la memoria de los vencidos como en los sectores progresistas del resto del planeta. Ya a finales de los años treinta se hicieron internacionales las versiones cantadas por el alemán Ernst Busch y por norteamericanos como Woody Guthrie o Pete Segger. En los años setenta, el chileno Rolando Alarcón o el mexicano Oscar Chávez grabaron discos monográficos a partir de este cancionero.
Cuando se recuperó la democracia en España, el Coro Popilar Jabalón publicó varios discos de himnos y canciones, mientras comenzaban a rescatarse las grabaciones más antiguas. Y aún hoy, setenta años después del incio de la guerra, hay grupos que graban nuevas versiones de estos temas con arreglos,digamos, alejados de los tradicionales.
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