miércoles, 28 de abril de 2021

EL ASESINATO DE JOSE CALVO SOTELO

                                                                         

José Calvo Sotelo (Tuy, 6 de mayo de 1893-Madrid, 13 de julio de 1936) fue un político y jurisconsulto español, ministro de Hacienda entre 1925 y 1930, durante la Dictadura de Primo de Rivera. Exiliado en Portugal, evitó así ser juzgado durante los primeros años de la Segunda República por sus responsabilidades como ministro de la dictadura; no obstante, fue elegido diputado en todas las legislaturas, incorporándose a su escaño tras una amnistía durante el bienio radical-cedista en 1934. Destacó como líder de las fuerzas que pretendían la instauración de una monarquía autoritaria corporativista1​ a través del partido Renovación Española, aunque no mantuvo muy buena relación con las otras fuerzas de la derecha: la mayoritaria, partidaria de contemporizar con la República (CEDA) y las más próximas al fascismo, como Falange Española.

En el tenso periodo entre febrero y julio de 1936, protagonizó varios debates en las Cortes en los que pidió al Gobierno que restableciese el orden público, a su juicio totalmente quebrado, reclamando que en caso contrario tal tarea fuera asumida por el Ejército. Estas intervenciones parlamentarias le granjearon una enorme popularidad entre algunos sectores conservadores pero también mucha oposición en otros. En la madrugada del 13 de julio de 1936 fue detenido irregularmente en su casa por La Motorizada, una especie de milicia de los socialistas madrileños y durante el traslado fue asesinado mediante un tiro a la cabeza por el pistolero socialista Luis Cuenca, guardaespaldas del entonces líder del partido socialista Indalecio Prieto​. El suceso tuvo un hondo impacto entre la clase media española de la época y polarizó aún más el ya tenso ambiente político que reinaba entonces. Este suceso fue el que provocó que el general Francisco Franco decidiese unirse al golpe de Estado que desde hacía tiempo se preparaba contra la República.3​ En la dictadura fue honrado como Protomártir de la Cruzada​ o Protomártir del Movimiento Nacional.​

Infancia y juventud                                            

Era hijo de un juez, Pedro Calvo y Camina, y de Elisa Sotelo Lafuente, la profesión de su padre hizo que tuviera que cambiar frecuentemente de residencia durante su infancia y primera juventud. Durante su estancia en Zaragoza, en cuya universidad se licenció en Derecho con nota media de matrícula de honor, José Calvo Sotelo colaboró asiduamente en el diario católico El Noticiero y fundó una revista universitaria titulada La Es...coba, que solo pervivió unos meses. Un nuevo traslado de su padre, esta vez a Madrid, le permitió doctorarse en la Universidad Central con una tesis titulada El abuso del derecho como limitación del derecho subjetivo, publicada en 1917 con prólogo de Gumersindo de Azcárate y posteriormente utilizada en 1942 por el Tribunal Supremo.


 Y recibió el premio extraordinario de doctorado junto con Felipe Sánchez Román, siendo invitado por el político conservador Ángel Ossorio y Gallardo a escribir en Vida Ciudadana, órgano del maurismo en el Ateneo de Madrid. Su entrada en el Ateneo le permitió tomar parte activa en los debates que allí se celebraron, manteniendo fuertes polémicas con personajes como Ángel Galarza y Manuel Azaña, con quienes volvería a debatir, esta vez en el Parlamento, durante los últimos meses de su vida. A partir de aquí Calvo participó en diversos mítines y actividades mauristas, siendo uno de los principales impulsores de su mutualidad obrera y plasmando su preocupación sobre el tema en un folleto titulado El proletariado ante el socialismo y el maurismo.

     En 1915, obtuvo por oposición una plaza de oficial letrado del Ministerio de Gracia y Justicia. En junio de 1916 sacó la oposición de abogado del Estado, con el número uno de su promoción y una puntuación sin precedentes (40 puntos). Desde 1917 fue profesor auxiliar en la Universidad Central, en la que cesó, a petición propia, en 1920. Durante el corto periodo que permaneció en Toledo como abogado del Estado conoció a Enriqueta Grondona, con la que contrajo matrimonio el 28 de junio de 1918.

     Y miembro de la secretaría personal de Antonio Maura durante el gobierno de concentración que este presidió en 1918 (el denominado Gobierno Nacional, mayo-noviembre de 1918), Calvo Sotelo trabajó entonces en un ambicioso proyecto de reforma del régimen local, que no llegó a ser debatido, pero que retomaría más tarde, durante la Dictadura de Primo de Rivera. Tras un primer fracaso electoral en los comicios de 1918, que le permitió ver como funcionaba el caciquismo en Galicia, en 1919 obtuvo acta de diputado por Carballiño, provincia de Orense, distinguiéndose en las Cortes por sus duras críticas contra el caciquismo y su preocupación por los problemas sociales. Este mismo año firmó el manifiesto del Grupo de la Democracia Cristiana, promovido por Severino Aznar, consiguiendo que su programa social fuera recogido por el maurismo.

                                                       

                                                     


   

La crisis del gobierno de diciembre de 1920 y la convocatoria de nuevas elecciones hicieron que Calvo Sotelo perdiera su acta en unas reñidísimas elecciones en el que el gobierno no dudo en desautorizar el testimonio presencial de varios notarios para favorecer  a su candidato.

                                      

 Ministro de Hacienda                                                                     

Calvo Sotelo fue nombrado ministro de Hacienda en diciembre de 1925. Su apoyo a los cuerpos técnicos y administrativos de Hacienda consiguió aumentar su eficacia. El 24 de diciembre de 1925 presentó ante el Consejo de Ministros tres proyectos de decreto destinados a perseguir el fraude fiscal, el más famoso de los cuales fue el que disponía que todos los propietarios debían declarar en tres meses el valor verdadero de sus fincas rústicas y urbanas. Pasado dicho plazo, si se comprobaba que el valor declarado era inferior en más de un 50 por ciento al real, el Estado podría proceder a la expropiación forzosa mediante el pago de una indemnización que no podría exceder del valor declarado por los propietarios en más de un 15 por ciento. La polvareda levantada por tal proyecto de decreto fue inmensa, haciendo que a Calvo Sotelo se le llamará el «ministro bolchevique». Primo de Rivera se vio tan presionado que optó por dar marcha atrás, pero se negó a aceptar la dimisión de Calvo, que defendió su punto de vista en un discurso pronunciado en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación bajo el título La contribución y la riqueza territorial de España. Un real decreto de 25 de junio de 1926, que aumentó los tipos impositivos de la contribución territorial, pero sin aumentar sus bases, puede considerarse una solución de compromiso, que permitió aumentar la recaudación por este concepto de 161 millones de pesetas en 1923-1924 a 210 en 1929.

         El 18 de enero de 1927 Calvo Sotelo publicaba en La Gaceta de Madrid su proyecto de reforma fiscal, sobre el que se abrió un plazo informativo de tres meses. El «Impuesto sobre rentas y ganancias», precedente directo del actual IRPF, gravaba a todos los contribuyentes según sus ingresos, conforme a una escala progresiva, pues se buscaba la igualdad del sacrificio, que, para Calvo Sotelo, "es la verdadera esencia, la médula, la raíz, de la equidad y de la justicia tributaria.


El ultimo año de la Monarquía                                                         

            Uno de los episodios que ha pasado más desatendido de la trayectoria de José Calvo Sotelo es el periodo en que desempeñó la presidencia del Banco Central, a la que fue llamado el 18 de febrero de 1930. La empresa pasaba por entonces por momentos problemáticos, debidos, entre otras cosas, a los elevados préstamos efectuados a personas que tenían problemas para devolverlos, y que se sentaban en el consejo de administración de la entidad bancaria. Finalmente, y tras no lograr hacer que prevaleciesen sus puntos de vista, Calvo Sotelo dimitió el 15 de septiembre.

                                        

La Segunda República          

El exilio (abril de 1931 – mayo Entrevistado por el lisboeta Diario da Manha en mayo de 1931, pocos días después de la quema de conventos y edificios religiosos en Madrid y otras localidades españolas, Calvo Sotelo no creía entonces en la posibilidad de una restauración monárquica, pero mostró su preocupación por el ataque, que atribuyó a una hostilidad del régimen republicano contra la Iglesia católica: «Es grande, profundo en España, el sentimiento católico. Si la república persiste en hostilizarlo, se le ocasionarán enormes dificultades». Declaró también como una de sus preocupaciones que el nuevo parlamento se convirtiera en una cámara radical y sectaria: «Si en el Parlamento español llegan a dominar los elementos extremistas, surgirán días trágicos para España. Y eso es indispensable impedirlo, cueste lo que cueste […] Los exclusivismos en política conducen siempre a las hecatombes». En cuanto a la posibilidad de volver a España no se la planteaba de manera inmediata, pues los dos ministros de la Dictadura que habían permanecido en España habían sido presos, según Calvo Sotelo, «no por mandato judicial, sino Gubernativamente».

                                                                       


                                                     

                                      


                                                        

          

                                                               

                                   El cadáver de José Calvo Sotelo antes de su examen forense.

                                               


                                                                    

 Reconstrucción fotográfica de la forma en que abandonaron el cadáver de Calvo Sotelo.

                                  

                                                            


                                                                   

Diferentes momentos del entierro del señor Calvo Sotelo.

           


                                                     

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